Despiste, realidad

 De las semillas del camino me queda algo todavía. 

Sembré amor y vida. 

Revolución y risas. 


El que nada hizo por los sueños de un colegial. 

Salvé una vida, presente en mí la humanidad. 


Enamorado de la libertad y de los sueños que se van. 

Perdido en la noche oscura solo canto mi pena. 


Entre la maleza del campo sano mi ansiedad. 

A golpe de pasos y de tragos en el bar. 

Maldigo cada instante y sueño con la paz. 


La utopía mi sueño para triunfar

Soy experto del que dirán. 


Viajé solo con mi hastío y enfermedad. 

Consiguiendo paz, pero nunca cura, ¿qué más da? Para resucitar día y medio, poco más. 

Nada que decir, todo que callar. 

Errores difíciles de perdonar. 

Al final solo queda reconversión y cadenas. 

Largos días de estufa junto a un ventanal. 

Ver pasar la vida sin importar lo que dirán. 


No me alcanza lo que bebo, pues ya no tengo salud, tampoco dinero. 

Ya no vivo al borde de la embriaguez. 

Ahora estoy tranquilo, con mis actos y mi sed. 

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