Mi amor y mi tierra.

 Hace tiempo que tengo emociones para otros… 

Cobardía, remordimiento y amor… que son más de la Luna que del Sol, que son de mi corazón. 

Hace tiempo que las noches son miseria y que mi cuaderno con mi voz no concuerda. 

Hace tiempo que ando y corro para alejarme de la ansiedad que me acecha. 

Ante una mala palabra, un mal gesto, nada de perdón, por eso este intento de poema o canción. 

Apago las luces y solo contemplo el silencio, escribo y me confieso, una cerveza, una mirada al techo, un recuerdo con sabor a pérdida y a espina clavada, a dolor. 

Hace tiempo que no vengo por aquí por este lado de la cultura, de la locura, de la amistad pasada, de los sueños rotos, de las esperanzas quemadas, de la cordura y la pena. De este rincón melancolía es la dueña. 

De la soledad, la penumbra, la lluvia, la desidia... 

Hace tiempo que no visito el rincón de los temores, del tiempo y su leyenda, que se cuenta de dos maneras. 

Tengo abandonado el consuelo de mis letras, el espacio de papel y de conciencia, tengo abandonado el corazón porque ya por nadie golpea sus agujas de reloj. 

Tengo el tiempo en un acantilado y va al vacío donde le empuja el viento y en el fondo… 

Hierbas negras, fango, agua estancada, y en el otro lado… 

Primavera, belleza, campo de mi Extremadura, olivar en flor, arbustos y frutales, dehesas verdes, nubes blancas y cigüeñas negras anidan y a la bandera dan color. 

Tengo a diario proyectos y deudas y tengo abandonado al soñador, al utópico poeta de barra de bar, de papel arrugado en el bolsillo de la chaqueta, que ama, que no cambia por nada, a ese que se muere por las noches, el alcohol, las risas. 

Las horas sonriente, de la madrugada, de vicios y sueños que se vienen y se van que se quedan para siempre en el tintero, como algún signo de puntuación, alguna errata de este poema etílico, raquítico, falto de arte, pero no de empeño, de romance. 

Falto de métrica y libre de rima, desordenado y poco leído y querido, remendado y sin juicio. 

Como quien lo escribe rápido y sin atino.